domingo, 25 de enero de 2009

Capacidad De Elegir

Esta semana leí un excelente artículo de Eugenio Mussak, consultor, sobre la importancia de hacer elecciones. Me pareció interesante compartirlo. Quizá nos ayude a encarar este nuevo año con mejor actitud anta las situaciones que seguramente se nos plantearán.

Muchas veces nos encontramos luchando entre la razón y la emoción para tomar la decisión correcta. Esto sucede casi a diario pues vivimos tomando decisiones.

Decidimos cosas simples , como que ropa nos pondremos a la mañana, que comeremos a la hora de almorzar y otras más complejas, como la priorización de las tareas, compromisos y negocios.

Tomamos decisiones urgentes, estratétigicas, personales, profesionales, aisladas y en conjunto.

Decidir puede no ser fácil, pero peor es no decidir.

Eso es lo que no debemos hacer: no decidir.

Tengamos cuidado; hay una diferencia entre decidir emocionalmente y considerar lo emocional a la hora de decidir. La segunda opción es la mejor, pues las decisiones puramente emocionales consideran apenas un binomio: placer-displacer.

O sea, decisiones emocionales son las que privilegian el placer inmediato, sin respetar las consecuencias futuras.

Y eso es una característica infantil, pues los niños todavía están aprendiendo a lidiar con la lógica; sin embargo, a veces aparece en adultos cuando su inteligencia emocional no madura. Los líderes no escapan a esas emboscadas de la vida.

Si no somos capaces de decidir por nosotros mismos, la decisión será tomada de cualquier manera, por la vida, por los demás, por la urgencia misma.

Hasta la próxima!!!

Amalia

domingo, 18 de enero de 2009

Reflexion

Llego 2009!!!

Encontré este comentario que me pareció muy lindo para compartirlo ahora que iniciamos un nuevo año.

Muchas personas se quejan de la carrera de sus vidas.

Creen que tienen demasiados compromisos y culpan a la complejidad del mundo moderno.
Sin embargo, muchas de ellas multiplican sus tareas sin real necesidad.
Vivir con simplicidad es una opción que tenemos.


Muchas de las cosas consideradas imprescindibles, en realidad, son superfluas.
Angustiadas por múltiplos tareas, no reflexionan sobre su realidad íntima.
Se olvidan de lo que les gusta y no piensan en lo que les trae paz.
¿De qué vale ganar el mundo y perderse a uno mismo?


Nadie necesita cambiar el coche constantemente, tener incontables zapatos, salir todos los fines de semana.
Es posible reducir la propia agitación, contener el consumismo y redescubrir la simplicidad.
No se trata de llevar una vida inconsciente, sino de reencontrar la propia infancia en los pequeños placeres de la vida: una conversación interesante, reir con amigos, llamar a alguien que queremos,mirar las estrellas...
Todo eso compone la simplicidad de existir.
No es necesario tener mucho dinero o ser importante para ser feliz.
Pero es difícil tener felicidad sin tiempo, para hacer lo que a uno le gusta.
No hay nada de malo con el dinero o la fama.
Es bueno e importante trabajar, estudiar y perfeccionarse.
Progresar siempre es una necesidad humana.
Pero eso no implica vivir angustiado, mientras se intenta llevar a cabo infinitas actividades.
Si el precio de la fama es la ausencia de paz, talvez no valga la pena.

La simplicidad aprende a valorar lo esencial.
Las amistades genuinas, un amor cultivado, la serenidad y la paz de espíritu forman parte de las cosas simples y esenciales.
Presta atención en como empleas tu tiempo.
Experimenta desapegarte de los excesos.
Al optar por la simplicidad, tal vez redescubras la alegría de vivir.
Piensa en eso.


Hasta la próxima

Amalia!!

Artículo de: www.momentos .com