domingo, 9 de noviembre de 2008

Saber Oir

La mayoría de nosotros tenemos plena capacidad auditiva, pero eso no significa necesariamente que sepamos oir. Es más, muy pocos dominan ese arte.

Todavía no logramos oir las quejas de los otros sin hacer un comentario referido a nuestros propios problemas. Dejamos así de escuchar la historia que nos están contando para narrar la propia.

Todavía no logramos oir las críticas que nos hacen: en pocos minutos nos sentimos irritados y ofendidos, preocupados por defendernos y a veces hasta contestamos agresivamente.

Todavía no conseguimos oir consejos y orientaciones que estén dirigidas a mejorar nuestro yo interior. Ese tipo de conversación nos parece aburrida y sin sentido. Al fin y al cabo muchas de esas palabras representarían cambiar de conducta o abandonar vicios y no siempre estamos dispuesto a eso.

Oir con serenidad todo los que nos quieren decir, por ahora, parece ser superios a nuestras fuerzas.

Muchos amigos necesitan de nosotros para entablar un diálogo saludable y nosostros , a veces, no tenemos la sensibilidad suficiente para dejarlos hablar y escucharlos.

Muchas palabras acertadas que tal vez nos ayuden a no cometer otra vez el mismo error dejan de ser escuchadas por desatención.

La capacidad de oir no se limita exclusivamente a la posibilidad de captar sonidos.

Seamos capaces de percibir palabras e histórias maravillosas que ilustran la existencia de las personas y que mucho nos pueden enseñar.

Es necesario que desarrollemos la real capacidad de oir.

Hasta la próxima!!

Amalia



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